9 de Febrero 2005

Javier Tusell

Javier Tusell, en una España emponzoñada por la derecha y la ultraderecha más recalcitrante y tercermundista, capaz, en un ejercicio continuado de ignominia inasequible al desaliento, de tratar de reinventar la historia del país para procurarse un lugar más decoroso en la posteridad –todo ello sin romper con SU pasado reciente, consciente y públicamente; sin siquiera plantearse denigrar 40 años de dictadura abyecta... claro que es su abyección-. Javier Tusell, decía, siempre constituyó un muro infranqueable para sus mentiras y su intoxicación. Para sus excesos, verbales e irracionales...

Tusell, que en vida se describió como conservador moderado –incluso llegó a ocupar cargos públicos con gobiernos de la UCD-, a menudo tuvo que soportar ataques por parte de los dos bandos. Últimamente, con la aparición de personajes dantescos, tipo Pío Moa, fueron especialmente virulentos los dirigidos desde la ultraderecha más alunada y carpetovetónica.
Uno podía leer, en el libelo del gangoso de la COPE, hasta gracietas gruesas y absolutamente infames sobre la grave enfermedad que ha terminado costándole la vida al historiador... el ayatolá Losantos, que siempre se ha vanagloriado de haber superado el comunismo de su juventud, nunca ha dejado de ser estalinista, como muy bien apuntó alguien hace relativamente poco –no recuerdo quién lo hizo: ¿Millás? ¿Carnicero?-.

El gran pecado de Tusell para ser ninguneado y vejado por el aparato mediático de la ideología que él mismo confesaba profesar, fue, en primer lugar, ser sobre todo independiente*: no poner ni sus conocimientos, ni su trabajo, ni su posición de Catedrático al servicio de interés espurio alguno; servir únicamente al rigor académico y la veracidad de la historia –al contrario de lo que hacen otras personas prominentes, de muy diversos pelajes: insignes catedráticos, jueces, caso especialmente dramático, etc, etc-.

Siendo más concretos, lo que le granjeó no pocos insultos de la parte más radical y descerebrada de la Derecha, fue que no diera pábulo a las soplapolleces de Pío Moa; un tipo que es a la Historiografía lo que Tristanbaker a la Ciencia...
Un tipo que defiende que la Guerra Civil la empezaron los rojos, partiendo de un hecho aislado, obviando un contexto de convulsión social generalizada... pero es que no merece la pena ni verbalizar la obstinada necedad sectaria de este, y de otros miserables.

Al fin y al cabo, e incluso aceptando el montón de mierda que ellos proponen, ¿no fue Franco, con sus alegres amiguitos golpistas, los que se levantaron contra la República? ¿No fue Franco la figura mesiánica de una dictadura brutal, autárquica, etc, etc, durante 40 años?

Pero, bah, no quiero perderme en digresiones... sólo quería recordar a alguien que de alguna manera me influenció en mi desarrollo como persona.
Cuando me preguntan, suelo decir que a mí me ganó para la lectura “La ciudad y los perros”, de Vargas Llosa, y “El florido pensil”, de Andrés Sopeña Monsalve. El de Sopeña fue el primer libro que leí por propia iniciativa –“La ciudad y los perros” me lo habían mandado en el instituto-...
Rara vez digo que el segundo libro que leí por mi cuenta fue “La dictadura de Franco”, de Tusell, quizá porque me resultara una lectura muy árida en aquel momento.
Me costó terminarlo, pensé que aquello parecía más un libro de texto que un libro -por supuesto, era mucho más denso que cualquier libro de texto que hubiera utilizado jamás-, pero quedé irremediablemente fascinado con la historiografía, sobre todo la española contemporánea...

Javier Tusell murió ayer con tan solo 59 años, tras una larga lucha contra la leucemia...

* Hemos visto lo que pasa en el PP, por ejemplo, con quien osa salirse lo más mínimo del camino marcado por el gurú. Hemos visto como es linchado y devorado por el resto de la jauría.

Posted by Isabelo at 9 de Febrero 2005 a las 04:20 PM
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Escribía el pasado día siete de este mes (esto es, el lunes) Jaime Campmany en su columna del ABC refiriendose a una gripe: "Por fin, me ha dejado hoy hojear los periódicos de la pasada semana, que no encontraba fuerzas ni para mirarlos y estaba atrasado de noticias, que es como decir tonto, o sea, más o menos como Javier Tusell, Dios le tenga en el limbo."

Posted by: Somófrates on 10 de Febrero 2005 a las 09:32 AM
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