Claro que, con este título, no estoy diciendo nada que cualquiera -con un poco de criterio musical, por otra parte- no supiera desde hace ya bastante tiempo.
Pero hoy no voy a hablar de él; es algo que dejo aquí apuntado para que no se me olvide que tengo que dedicarle una entrada es más, incluso prometo escuchar el cedé por el que un amigo palmó mil duros, de los de antes, de ¿Fantomas? ¿Mr Bangle?... el que sea-.
Me acuerdo del bueno de Mike, gracias a Beck. Curioso asociacionismo, dirán algunos; intoxicación etílica, o de otras sustancias alienantes, dirán otros... la verdad, cada uno en su estilo, son dos genios de la música alternativa yanqui de la década pasada -aunque el último de Beck, ese gran Midnight Vultures, sea ya en esta década decadente-...
Pero vamos, ni siquiera por eso venía yo a relacionarlos.
Yo los relaciono, porque antes creía que me gustaría hablar inglés con el acento y el deje de Patton; y ahora sé que no, que el inglés que está hecho para mí, es el de Beck en Loser eso sería el ideal-, o el de Sexx Laws, en su defecto. Así, además de aumentar mi cosmopolitismo con el don de lenguas, aportaría mi decisivo granito de arena para el desconstructivismo de esa lengua proterva.
Sucede, eso sí, que el método que he escogido para aprender el idioma se revela totalmente inútil... ya me parecía a mí un pelín fantástico que Antonio Banderas aprendiera vikingo, sólo escuchando gruñir a aquellos patanes en El Guerrero Nº 13... menuda estafa...