10 días sin actualizar esto... y pareciera que fue ayer.
No es que me haya faltado el tiempo -del que tampoco ando muy sobrado-, ni imbecilidades sobre las que escribir de las que tengo la cabeza ahíta-
En un alarde de fatuidad semántica, pretendo hacerle una foto al anaquel de un centro comercial y comenzar un post con el título de Ultramarinos, sin saber verdaderamente de qué o quién voy a hablar... pero bueno, cómo si eso realmente importara... siempre, cuando alguien trata de hacerme una crítica seria a lo que escribo -el tipo de crítica de alguien que no te interesa, que a saber cómo se hizo con lo que escribiste-, reincidiendo en el cerril desprecio que hago del fondo -vulgo: joder, utilizas como veinte mil palabras más que yo, te engañaría si te dijera que lo he entendido pero, ¡eh!, ¿dónde está la acción? ¿Dónde está la princesa secuestrada y el héroe abnegado? ¿Dónde está el malo malísimo?-, además de salirle con una perorata improvisada sobre que el fondo es en realidad un castrante convencionalismo primitivo, termino por citarle aquello que dijera Makinavaja: En un mundo podrido y sin ética, a las personas sensibles sólo nos queda la estética -vulgo, sí, soy un payaso; iba deciros que un payaso pagado de sí mismo creyendo que realmente lo estoy, aunque sé que no lo estoy, pero la pose es la pose-; no es que esta perínclita alocución me haya hecho ganar sinnúmeros combates dialécticos, pero siempre consigo ahuyentar con ella a diversos pájaros protervos -y evadirme así de su pretendido pelaje seudo-intelectual-, que se paran a discutir si garaje es con g o con j, y que en vez de medirse las pollas -sana e inveterada forma de castigarse el ego y reafirmar su masculinidad- se dedican a ver quién aparenta más, sabiendo menos; pero, iba a decir que divago, aunque más bien deliro...
La semana pasada andaba yo perdiendo el tiempo de madrugada en el IRC, con desidia noctívaga; los canales que frecuento no estaban muy animados, así que me dio por mirar una tira cómica de la que todo el mundo hablaba maravillas: PVP... en dos noches me leí año y medio de tiras. Son magníficas verbigracia-.
En eso y en otro tipo de lecturas ocupé todo el tiempo que dispuse de la conexión.
Y, para variar, hoy tampoco voy a escribir nada, pese a que alguien pueda pensar lo contrario, ante la casual existencia de esta entrada.
A ver si mañana os hablo de por qué mi pequeño proyecto de orfebrería metalingüística está a punto de irse a pique, amenazando con dejarme en evidencia y aumentar la ya de por sí celebérrima fama de bocazas que tengo, por según que antros... y eso que yo he cumplido con mi parte; pero es lo que tiene asociarse con un tipo que va para poeta maldito, y que, sin embargo, le paralizan las más superficiales críticas...
La entrada se llamará Brainstorming, y aquí tenéis un par de fotos, a modo de trailer eso sí, no prometo que sea mañana-.