4 de Noviembre 2003

Casualidad rutinaria...

El otro día andábamos yo y un amigo por los mismo bares de siempre, bebiendo la misma cerveza de siempre, y acabamos topándonos con las mismas tipas de siempre. En un momento dado, no sé bien como empezó todo –y témome que lo empecé yo-, la misma conversación de siempre se vio truncada ante... euh... ante un ejercicio de folklore psicológico donde cada cuál tarareaba, como pudiera, una canción en cuya letra quería reflejar un aspecto inalienable de su carácter... no se pueden ni imaginar la hipocresía musical que tuve que soportar; aunque, claro está, era parte del juego.

Llegó mi turno. Esbocé una media sonrisa de sicópata y con un brillo de maldad en los ojos canté:
…I´m a full grown man
but I´m not afraid to cry
.

Lo que provocó una furibunda hilaridad entre mis acompañantes, sobre todos de las tipas. Concluyeron rápidamente que yo había violado las reglas no escritas de nuestro pequeño juego; que estaba claro que aquello no me representaba para nada. Se oyeron términos como falócrata, entreverados en medio de alguna frase gratuitamente hiriente. Por un momento creí que me harían pasar por debajo de la mesa, como cuando palmas en el futbolín... pero son gente civilizada y se conformaron con que escogiera otra canción... y fui a escoger aquello de:

Already dead to me now (bis)
’coz it feels like I’m watching something die

Más risas, y más exhortaciones para que me tomase el juego en serio... intenté armar una perentoria soflama sobre que yo era así de sensible realmente; todo lo demás serían adustas poses de autodefensa frente al mundo... ahogué unas primeras risas en mis interlocutores diciendo que necesitaba su compresión, que jamás le había abierto el corazón de esa manera a nadie. Me perdió querer rizar el rizo.
Quise rematar la faena diciendo que en tardes lluviosas, como la que sufríamos, mi alma derramaba sus frustraciones y su desesperanza, como el cielo, y que pequeñas lágrimas furtivas recorrían mi rostro... todo esto excedió mi límite y terminé, atropellándome entre carcajadas, remedando a Juan Joya con ese Esusss, tú no te ríes, tú no eres de aquí... su paciencia se consumía por momentos; no bien empecé a cantar:

…so shave your face with some mace in the dark,
saving all your food stamps for burning down the trailer park…

Una de ellas me interrumpió arguyendo que si iba a seguir con Beck, cantará lo de Got a devil’s haircut in my mind y terminábamos antes. Intenté zafarme cantando Return to my own vomit like a dog, que yo pensé que me iría muy bien –si bien lo que me gusta de la canción no es la letra en sí, sino la manera en que la canta el amigo Mike Patton-, pero todos concordaron que quedaba demasiado sobreactuado, y, definitivamente, me adjudicaron el Devil´s Haircut, por terminar con el jueguecito.

La cosa no podía acabar así, después de un rato la mar de ameno, apurando nuestras cervezas, las tipas, sobre todo una, se empecinaron en llevarnos a un local con Billar. Yo me negué rotundamente.
La tipa desperdició su juventud en un “snooker club” desos, ni que decir tiene la de veces que nos ha burreado en ese estúpido juego; y la de pasta que nos ha estafado...
Cómo soy muy mal perdedor –pero malo, malísimo-, le dije que yo sólo jugaba a juegos de “hombres”, cómo el futbolín o los dardos –donde sé que me sería sumamente fácil ganarles... a todos... JOJOJO-.

En fin, un día como otro cualquiera.

Posted by Isabelo at 4 de Noviembre 2003 a las 05:34 PM
Comments

Se que mentías, bellaco. Tú debiste tararear el himno de Riego con la letra del del Betis... (JOJOJO)

Posted by: Germán on 4 de Noviembre 2003 a las 06:45 PM

Qué pasó? Te rendiste?

Posted by: Joaca on 15 de Noviembre 2003 a las 05:08 AM
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