17 de Noviembre 2003

abstraído...

Mnnnnn, es curioso. Pensé que no sería muy difícil escribir aquí con asiduidad; escribir sobre cualquier cosa, y lo es. O no lo es, pero sólo en cierta forma.

Me he dado cuenta de que lo único que hago es ir por bares y beber cerveza; es una vida ciertamente triste. Quicir, ¿qué clase de enriquecimiento espiritual, o intelectual, se puede conseguir al calor de una buena cerveza de importación, inmersos, las más de las veces, en una charla insustancial, enmarcados en una atmósfera nociva donde volutas de humo ascienden en espirales hacia el techo, opacando furtivas miradas oblicuas que se entrecruzan?

Podría pasarme los días hablando de las payasadas que hago, desinhibición alcohólica mediante; y, de hecho, creo que subconscientemente quería hacer justo eso. Pero hasta a mí me empieza a resultar inaceptablemente repetitivo.
Podría hablar de mí, de mis neuras -que las tendré- de mi filosofía de vida, etc, etc. Aunque poco más puedo decir –o quiero decir-, de lo que se extrapola de esta actitud de polichinela dipsómano y zafio que me empecino en adoptar.
Además, debo ser de los pocos egocéntricos a los que no les interesa casi nada hablar de sí mismos.

O podría hablar de mi trabajo y las alegres peripecias que allí me suceden; a este respecto, jamás podría superar lo que le dije a una tiparraca recientemente, curiosamente en un bar –y curiosamente bebiendo cerveza-, cuando en un acceso de incontinencia verbal, y por el mero hecho de hablar por hablar –odioso programa de radio- me preguntó, primero que cómo estaba –todo el que me conozca sabrá lo ridícula que me parece esa pregunta; y los que no, ya lo sabéis- y luego que qué tal el trabajo... me recliné sobre el respaldo de la silla, dirigí mi mirada hacia la interfecta con esa sonrisa que me hace parecer un cabrón simpático, y le contesté:

me paso ocho horas al día, cinco días a la semana –¡¡35H ya, copón!!-, alienado, deshumanizado, malbaratando mi personalidad y mis energías en aquel diabólico pozo hediondo, como para seguir hablando de aquella mierda cuando estoy fuera...

Esto sintetiza a la perfección lo que opino del lugar y el empeño que me costea los vicios...

En realidad podría hablar de muchas cosas: de lo último que he visto o leído, o de -y en este punto mejor que recéis los que seáis creyentes- la actualidad política mundial y nacional...
No es que no tenga nada sobre lo que escribir; he redactado mentalmente multitud de entradas que al final quedaron en el Limbo; sólo es que pienso que este sitio, pese a que sea mi lugar personal, no es la plataforma idónea para expresar todos mis pensamientos.
Ahora que lo escribo me doy cuenta de que tal vez tenga una visión demasiado festiva de este blog.

En fin, hay que ir abreviando.
Supongo que todo lo que necesito es algo de inspiración, y diversificación... o eso, o puedo seguir hablándoos de los bares que frecuento.
De cualquier manera, como esta semana viajamos –mayestática- a Madrid, a una suerte de sarao que celebran por allí, tendré algo de material para un par de entradas... lo menos.

Posted by Isabelo at 17 de Noviembre 2003 a las 01:05 AM
Comments

Pruebe a sentarse delante del ordenador con una cerveza...

Posted by: Srta.Vainilla on 17 de Noviembre 2003 a las 01:21 AM

¿Y donde está el problema de mezclar en un mismo blogs florituras sobre su bragueta con odas a la mnemotécnica?

Posted by: Germán on 17 de Noviembre 2003 a las 02:47 AM

Totalmente de acuerdo con la Srta. Vainilla: dróguese antes de cualquier propósito y es probable que la inspiración llegue a lomos de un caballo regalado.

Posted by: Vomitante on 17 de Noviembre 2003 a las 09:55 AM

Posts como este son los que certifican que los gritones van a morir a los blogs. Es muy triste, pero es totalmente cierto.

(...)

¿Y Fakemon, tiene blog?

Posted by: Crispado on 20 de Noviembre 2003 a las 03:02 PM
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