28 de Noviembre 2003

Café Chic

Después del Happening de aquí unos amigos: performancer #1, performancer #2, ¿performancer #3?, corramos un tupido velo, y sigamos con el transcurso del blog.
Recientemente hablaba de que un viaje a la capital del Reino se cruzaba en mi destino, y, en efecto, di con mis huesos en esa urbe de neón y pecado; ese pandemónium de franquicias yanquis y cosmopolitismo rancio. Sí, sí, con olor a naftalina... esa que al parecer gustan de inhalar, con viciosa fruición, los políticos del PP –por no decir que se la introducen por vía rectal; a eso debe deberse el rictus de zorra frígida de Ana Mato, vamos, digo yo JOJOJO-.
Allá, con la boina calada hasta las cejas y dejándome llevar por una caterva de jovenzuelos alienados por el capitalismo, terminemos en un Starbucks.

El Starbucks es lo que cualquier modernillo llamaría, simple y llanamente, un coffee shop; una cafetería de las de toda la vida, pero en plan franquicia cosmopolita; Sobre todo la situada en la Plaza de Callao, en pleno centro de Madrid.
Con ese Jazz-Pop suavón templando el ambiente con acordes tibios, y sus sillones, en plan Friends –aunque no conseguimos hacernos con esa privilegiadísima posición-, el Starbucks es, en sí, un monumento a todo lo cool... pero lo cool tiene un precio

Perdí una ocasión incomparable para pedirme un café raro; pero es que a mí el café no me mola mucho -lástima, estoy seguro de que hubiera remedado a Brent Sienna a la perfección-.
Juro que el tal Muffin de Arándanos es lo que por aquí llamaríamos una madalena de mora -yo lo pedí talmente como una madalena, escamoteándole la "g", para parecer más castizo-.
Es curioso, ponen muffin y cookie, pero llaman zumo de naranja al zumo de naranja, es vez de orange juice...

El sitio en sí estaba muy bien, mucho aire intelectual, con ambiente de modernidad -en Granada, el aire intelectual siempre va unido a una concepción más tradicional del universo-, pero es que sólo dan café... yo, en los cafés literarios de por aquí sólo bebo cerveza, con lo que el Starbucks, y a pesar del genial argumento que mr Sienna os expondrá seguidamente, se me antoja como un ridículio pleonasmo.

coolcoffee.gif

En fin, ya seguiré en otro momento, me quedan ocho horas de flagelación antes de ser libre... hasta el próximo lunes.

Posted by Isabelo at 28 de Noviembre 2003 a las 10:15 PM
Comments

Una vez me hicieron pagar 3€ por un café chochito. Y yo a ese sitio no vuelvo; me pone enfermo.
Es más, propongo un juego: que alguien me encuentre un starbucks donde trabaje un sudamericano, un negro, o cualquier especimen susceptible de pertenecer a una minoría ("realidad social", que diría uno que yo me sé...)

No había descubierto este blog hasta ahora. Enhorabuena por él. O algo.

Posted by: Somófrates on 2 de Diciembre 2003 a las 10:16 AM


A mí lo que me molestó del café este es que tanta música y tanto sofá y luego tienes que beber en una taza de plástico y remover con un palito, como si fuera el MacDonalds. Con lo acogedor que resultan una taza de verdad con su cucharilla reluciente y un atento camarero con su uniforme...

Posted by: Xisca on 3 de Diciembre 2003 a las 06:41 PM

Perdón, era "acogedores". Mil disculpas, Capitán.

Posted by: Xisca on 3 de Diciembre 2003 a las 06:42 PM

Y usted no es un modernillo de esos, no?

Posted by: Verdulera on 3 de Diciembre 2003 a las 10:54 PM

Xisca, sea optimista, almenos así se asegura que sus cubiertos no han sido frotados contra mucosas bucales ajenas.

Posted by: Vomitante on 6 de Diciembre 2003 a las 11:26 AM
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