11 de Diciembre 2003

digresión

No ha sido la desidia la que me ha impedido escribir estos días. Es más, modestia aparte, he tenido días muy inspirados, y muy floridos... pero una serie de canalla noctívaga –perdulario noctívago A; perdularia noctívaga B, etc, etc-, me acometió como un furioso torrente cada noche que, ingenuamente, daba en aparecer por el IRC, y me han hecho malbaratar mi talento en cucamonas y volatines espontáneos y privados...

Tenía muchas cosas de las que hablar. Hablar, por ejemplo, de los obscenos tocamientos que me hizo una radióloga, más o menos de mi edad, de muy buen ver, aprovechándose arteramente de sus conocimientos, y de su autoridad en aquel reducto radiológico... y de mi débil posición, erguido encima de un engendro mecánico, vestido únicamente con unos slips y una bata imposible de cerrar, que, a la sazón, apenas me llegaba por debajo de los calzoncillos...

Me habían infiltrado un calmante antes –que me hizo tener un excelente humor durante unas tres horas, pero que no hizo ningún efecto sobre el dolor de espalda que, principalmente, era el objetivo de la banderilla-, me tomé un café –capuccino... y me gustó... debí pedirme un double extra shot de lo que sea en el Starbucks-, porque había dos tiparracas y un peludo que me sugirieron no ingerir alcohol en aquellas condiciones... pero claro, después del café pensé, ¿por qué cafeína sí y alcohol no? ¿Pero qué veleidosa hipocresía es ésta?... y me tomé unas cervecitas... ellos hicieron el papel de amigos responsables. Y yo el de rebelde sin causa, ansioso por morir joven, cirrótico y trágicamente –y ya se me está pasando el arroz, a propósito-.
Digo esto, porque entre que lo primero, lo de la radióloga, me cogió desprevenido, y que, de todas formas, llegaba en un estado de incomprensión filosófica del entorno alarmante, perdí una oportunidad magnífica de hacer un par de chanzas machistas y/o falócratas geniales... y quién sabe si de llevarme el número de teléfono de una brillante joven profesional...

Pero no quería hablar de nada de esto... no quería bromear sobre nada, porque hoy estoy cabreadísimo. Indignado con los descerebrados que gobiernan este país. Con esa cohorte de mediocres, fascistas, sectarios y manipuladores. Con ese pedazo de bastardo que responde al nombre de Rodrigo Rato Figaredo.
Ese hijo de puta que ha dicho que, en este país, y según el estudio de no sé qué observatorio joven –o observatorio joven de la vivienda, o algo así-, el joven medio español que quiera acceder a su primera vivienda, “sólo” tiene que invertir el 26% de sus ingresos mensuales. El 19%, creo, si es una pareja –de lo que se sigue, por cierto, una discriminación sistemática en el salario de la mujer... España, qué gran país-.

Cabe matizar, para empezar, que el estudio en cuestión signa, realmente, que el joven medio se tiene que dejar el 56% de sus ingresos... en un estudio como éste, fácilmente manipulable, fácilmente cocinable; tampoco se dice qué clase de vivienda es esa que compra el joven medio –y ya os digo yo que seguramente, a efectos estadísticos, será una vivienda arquetípica de Protección Oficial en una proporción irreal... porque ya sabemos que con este gobierno no se construye ese tipo de viviendas. De hecho, ni siquiera se utilizan las partidas presupuestarias que se destinan a estos efectos ¿para qué? ¿Para joder el prosperísimo negocio de la especulación inmobiliaria? ¿Para joder zonas que se podrían dedicar, perfectamente, a casas de clase media-alta o de lujo, con un puñado de edificios, mal rematados, de VPO?-...
Aunque bueno, ya sabemos lo que piensa este gobierno sobre el asunto. Por un lado tenemos al ridículo ministro de Fomento, personaje deleznable y limitadísimo, que empezó el Show diciendo que si en España se venden tantas casas es porque hay dinero para comprarlas... por lo del España va bien, y tal...

Luego ese subnormal con delirios narcisistas de Ánsar –y tiene cojones ser narcisista con esa percha y ese careto-, proclamando extático, ante el culto maniqueo de sus lacayos, que en España se construyen 300.000 viviendas al año... y que se venden todas... el quid de la cuestión, como dice Miguel Ángel Aguilar, es que siempre las compran los mismos...
En este punto, hay una ley genial. Favorecen que un mamón que tenga varios inmuebles desgrave por el alquiler que percibe... para fomentar el alquiler, dicen.
Entre tanto, un pobre cabronazo paga 90.000 pelas por el alquiler de un zulo en Madrid o Barcelona... y el que desgrava es el propietario, no él... ES COJONUDO; y España dándole mayoría absoluta a este puñado de mierda oligarca y clientelista.

Porque, claro, se pagan menos impuestos. El español ha perdido –y pierde- poder adquisitivo cada año, cada día se hipotecan por más dinero y más tiempo; pero no pagamos impuestos. Porque los impuestos indirectos, nah, eso sólo es como el que te encula, y te replica que sólo es la puntina... si al fin y al cabo nos gusta...
Y qué decir del IRPF... eso tampoco son impuestos... un 18% me han retenido a mí este mes de la nómina. Como un Cortina me he sentido, lo menos... casi veinte mil duros... espero que le pongan mi nombre a algún trozito de autovía o carretera nacional...

En fin, este país cada día da más asco, y sin embargo votaremos a ese pobre infeliz de Rajoy, porque, al fin y al cabo, nos merecemos toda esta basura.

Sonando: "Rape this day", Tomahawk

Posted by Isabelo at 11 de Diciembre 2003 a las 12:42 AM
Comments


Ya está viniendo al irc ahora mismo, aunque sea para despotricar contra inmobiliarias y demás. Radiólogas...las forenses escépticas somos mucho más respetuosas, por lo menos avisaríamos antes. :P

Posted by: Xisca on 11 de Diciembre 2003 a las 01:22 AM

Espera a leer esto:

http://www.zmag.org/Spanish/1203moore.htm

Posted by: Jónatan on 11 de Diciembre 2003 a las 09:48 AM
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