21 de Mayo 2004

digresión #1

Un blog es, básicamente, un ejercicio continuado de exhibicionismo; en mayor o menor grado. Está claro que no son las gónadas lo que, primeramente, piensa uno en exhibir; si bien hay gente que termina enseñándolas, o insinuando, jugando con el posible interés despertado, para de paso, capitalizar sus carnes mórbidas con un número indeterminado de visitas.

Pero, como ya digo, muy poca gente da en enseñar carne –y es realmente una lástima-, aunque en esta hoguera de las vanidades que son los blogs, cualquier cosa parece justificada para alcanzar el éxito.
Créanme, éxito. No hace falta más que sondear la más anodina riña entre autores, para encontrárselos cual valetudinarias verduleras, restregándose los éxitos que cada uno pudiera tener; a los más fantásticos, enseguida se le vienen envidias y paranoias a las mientes.
Envidia de su pírrico éxito, del puñado exiguo de visitas que puedan tener al día...

Yo, lo reconozco, tengo la capacidad de imaginación muy limitada; así, no podría establecer el éxito, en, qué sé yo: meterle por el culo a toda una generación un puñado de libros, sólo regulares –siendo generoso-, protagonizados por un mago adolescente...
Pero, limitado y todo, alcanzo a situar el umbral del éxito en la figura de Jaime Morey –como ya he dicho en alguna ocasión-: en cobrar un kilo al mes por leer el Marca y el ABC...

Dentro de las bitácoras tenemos de todo: pantomimas mal remedadas de personajes con olor a naftalina, exaltados dando rienda suelta a los más calamitosos topicazos machistas y reaccionarios –y que luego se enfadan cuando se los critican-: aburrido maniqueísmo sostenido por el siempre engrasado círculo endogámico de turno. Y es que, ese es el gran secreto del absurdo éxito en las bitácoras: se forma una jauría, da igual que unos poco tengan que ver con otros; da igual, incluso, y en última instancia, que ni se soporten. Sólo tienen que agasajarse a insulsos comentarios para sostenerse los éxitos respectivos.

Pero yo no quería hablar sobre esto... es curioso como, entre asociacionismos, uno termina de digresión en digresión...
¿Qué ando exhibiendo yo, si partí de esa premisa?
Pues supongo que mi ufanía y mi suficiencia –aunque si se me remuneran con los preceptivos acercamientos y/o tocamientos físicos, no descarto exhibir otras cosas-.

Cada una de las entradas de este blog son manifestaciones inalienables de mi arrogancia intelectual... y no es que me guste escribir, aún al contrario: últimamente hasta me resulta molesto.
Sé que cualquiera diría lo contrario, viendo lo usualmente extensas que son mis entradas; pero es que la escritura se me desdibuja en incontenibles hemorragias léxicas... y divagaciones. Y divagaciones.

Posted by Isabelo at 21 de Mayo 2004 a las 05:24 AM
Comments

Jajajaja.
Me he reído mucho.
Muy bueno.
Tu blog es fantábuloso.
Te enlazo en el mío.
Bsitos.
Jajajajaja.
:****

Posted by: Somófrates on 21 de Mayo 2004 a las 10:21 AM

Es verdad, qué más se puede decir......divagaciones, divagaciones de la mejor calidad divagante. Todo un éxito en lo que a mí respecta.

Posted by: Joaca on 23 de Mayo 2004 a las 05:56 PM
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