Zahúrda Subrepticia

Abulia percudida

A uno le dicen que la OCDE pronostica una caída aguda de la vivienda a medio plazo -con tres condicionantes, decía un esbirro neoliberal de la organización: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, por cierto-, y sabe que está abúlico perdido, cuando se la suda.

Cuando se la suda, incluso, el hecho de que el informe de dicha institución sea raramente catástrofista con España, pese a que mantiene los datos macroeconómicos del anterior gobierno: doble de crecimiento anual que en la zona euro, etc, etc, y esto se achaque a una posible, y mal disimulada, actitud perniciosa de la embajadora de España ante tal institución -propuesta, en su día, por el PP; y candidata al despido fulminante, como U.R.D.A.C.I.-.

Sí me motiva, en cierto sentido, que la pánfila haya intentado esbozar una absurda, e irreal, en opinión de todo el que de esto sabe, situación apocalíptica -como sería, no lo duden ni un sólo instante, la que seguiría al desplomamiento del precio de la vivienda-, para arañar un espurio rédito electoral, o provocar un pírrico desgaste en el gobierno de ZP...
Pero hasta esto me deja frío.

Haciendo ficción económica, y partiendo de la base de que no conozco para nada los rudimentos del medio, hay, además, una lectura de la información que me enerva -en su más estrictamente castellano significado-:
No se puede esperar que el precio de las casas baje, porque eso supondría la ruina económica de muchas familias, y del propio país -se estima que más de un 40% del crecimiento español está directamente relacionado con el ladrillo... terrorífico-, pero no es ya el hecho de que no se pueda esperar que bajen, sino que siguen subiendo y no parece que a ese medio plazo que anuncia el informe se vayan a estabilizar.

Y aunque se estabilizaran, lo harían a un precio infladísimo... por provincias todavía es tolerable -aunque empieza a dejar de serlo; cada vez hay que alejarse más de la ciudad, e ir pensando en establecer algún tipo de unión familiar, porque no hay quién soporte solo la carga de una hipoteca-. Pero en ciudades como Madrid o Barcelona... una jodida locura.
Dicen que los españoles somos los cuidadanos de la unión que, en más alto porcentaje, tenemos casas en propiedad: un 85%, supongo que del total de inmuebles -porque ahora no tengo claro este dato-. Si es, como creo, del total de inmuebles, el porcentaje total de propietarios no tiene nada que ver con ese 85%.
En todo caso, quizá parte de esos propietarios deberían vender sus casas e irse de alquiler para dar ejemplo, en vez de impeler a los demás a que lo hagan.

Pero estoy divagando, y ahora no sé qué cojones quería concluir; porque el tema de la hipoteca no me preocupa en absoluto: no tengo el más mínimo interés de meterme en una -y, de todas formas, llevo tiempo planteándome irme de este lugar a probar suerte en otras ciudades; un actor porno en provincias está abocado a la frustración laboral-...

ah, bueno, sí, básicamente: pese al incremento constante de la oferta, pese a la especulación en la demanda, no hay la más mínima esperanza de que el precio de la vivienda se racionalice... es desolador...

Aparte de esta pequeña digresión, y de la desdibujada conclusión, sigo con la abulia percudida en mi mismo ser; así que no esperen discursos edificantes, invectivas preclaras, ni demás aparato superferolítico subalterno...

Pero se pueden pasar, entre tanto, por la vitalista, dinámica y profundamente bien escrita crónica de mis correrías y desventuras por Palma de Mallorca, redactada por esa, otrora, joven de promisorio futuro; hoy definitivamente malograda por el protervo influjo del anarco-sindicalismo: perdida en el arroyo de la izquierda radical...

La Crónica

Posted by Isabelo at 14 de Mayo 2004 a las 04:33 AM