Zahúrda Subrepticia

Expresión Libérrima

Se me pasa una oportunidad inmejorable para resultar tópico, y hasta políticamente correcto.
No nos engañemos, un tipo con deje sofista y delirios demagógicos, verbigracia yo mismo, agradece lo indecible un tema tan facilón como la Libertad de Expresión.

Habríamos de empezar con aquello que Miguel Ángel Aguilar llama Los gritos de rigor -o quizá ritos, ahora no estoy seguro-. Luego deberíamos dar marcha atrás, para evitar que nuestra eyaculatoria argumentación nos metiera de lleno en una situación embarazosa: Libertad sí, libertinaje no...
La indispensable cuota de corrección política... -¡ay! Los batuecos se solazarían por sobre su propia pusilanimidad, si en su tiempo se hubiera estilado esta ñoñería de lo políticamente correcto-.

La verdad es que yo hubiera optado por llamarlo expresión libérrima, si me hubiera puesto ha hacer ese post global –libertina, me apuntaba cierto hombrecillo verde, siempre puntilloso, y casi siempre acertado-.
Mi post no estaba exento de arte, como cabría esperar de alguien de mi ortodoxa y multidisciplinar formación. Amén de un vanguardismo que ya quisiera para sí el mismísimo Pistolo...

Planeaba hacerme media docena de fotos del pene con la pequeña cámara de mi t300, y colgarlas acompañándolas con los ingredientes del Natural Honey de Revlon como único texto.
La más que posible demanda de Revlon, el problema de encuadre al que me enfrentaba –ni alejando la cámara todo lo que dan de sí mis brazos conseguía meter en la pantallita todo el aparato... jojojo-, el más que posible rechazo de la comunidad bloggera bien pensante, la envidia que provocaría mi iconoclasta acción entre los mal pensantes...

Todo me compelía a que reprimiera mi genialidad... ¡mundo castrante!

Por cierto, empecé a redactar este post pensando que iba a hablaros del origen de su epígrafe... hay que ver a dónde le llevan a uno las divagaciones...