1 de Abril 2004

Dinero Fácil

Como escribe Chuck Palahniuk en “El club de la lucha” –bueno, en realidad no he leído el libro. He visto la película de David Fincher; y aunque hubiera leído algún autor de la New Generation, no lo reconocería en público... ni siquiera algo de Jonathan Lethem... si os dais cuenta, estoy empezando a meter citas gratuitas con calzador... jojojo-.

Pero como decía, en “El club de la lucha” se nos narra, en primera instancia, los perniciosos efectos que la alineación capitalista tienen sobre un individuo. No es que yo pretenda divagar sobre la necesidad de que todos nos convirtamos en los alunados líderes de una organización antisistema, ahíta de outsiders, ni que vayamos a volar las Torres Gemelas... principalmente porque ya están voladas –y, entiéndanme, no pretendo frivolizar sobre el tema; es un mero y aséptico hecho empírico-.

No es, ciertamente, mi intención. Pero sí la de extraer una lectura que subyace en la historia.
Aquella que dice que todos crecemos creyendo que vamos a ser famosos: estrellas del rock, actores, escritores, directores, etc, etc, es la herramienta que utiliza el capitalismo, junto con el consumismo compulsivo –y otras compulsiones-, para alienarnos desde niños.

La mayoría de ustedes ni serán ricos, ni famosos, no nos engañemos. A éste que suscribe todavía le queda alguna esperanza: el proceloso mundo del palmero Flamenco, la nunca bien ponderada pornografía -para la que estoy sobradamente bien dotado; observen el pleonasmo, es puramente enfático... jojojo-, y un recientemente apuntado talento para las telenovelas (aunque tendré que ceder el 15% de mis ingresos, según convenio, a mi agente, y descubridora, Joaca)-; lo que sea con tal de que me costee las prostituas y las drogas, que es el último fin de hacerse rico y famoso.

El caso es que uno, frente a la insoslayable evidencia de que jamás conseguirá todo lo que el gran escaparate del capitalismo le había prometido, y abstrayéndonos en este punto de la ficción que protagonizan Edward Norton y Brad Pitt, bien podría sentirse atraído hacia una serie de falaces y enojosos atajos, que en una suerte de delirio de negación de la realidad, podría confundir con legítimos caminos –connotación- a seguir, para la consecución del deseado fin: El mito del Dinero Fácil.

El propio capitalismo, ha preñado el subconsciente de la ciudadanía con cientos de historias fantásticas, sobre rapidísimos y fabulosos enriquecimientos. Ha preñado y preña.
Y, por supuesto, el aparato mediático del capitalismo no deja de radiar, a lo largo y ancho de todo el orbe, los lujos, excentricidades y esnobismos de la Alta Sociedad, con el mensaje sibilino, casi subliminal, de que están al alcance de cualquiera; sólo se necesita aceptar este sistema económico, un poquito de voluntad y suerte, y estaremos enseñoreándonos del puerto de Saint Tropez, con nuestro espectacular yate...

Pero cuando uno es de común orillero, piensa en dinero fácil, y lo primero que le viene a la cabeza es una musiquilla; inapelablemente de Los Chichos. De ahí a concluir que el único medio a nuestro alcance para conseguir este fin, inexcusable meta –y el capitalismo siempre ha defendido que el fin justifica los medios-, con la que llevan bombardeándonos toda la vida, es tirar de fusca, calzarse una media en la cabeza y atracar cualquier cosa –desde una gasolinera, pasando por una farmacia y terminando en la quimera de todo perro callejero: el banco- sólo hay un paso.

Y se cierra el círculo vicioso.
Robar es, verdaderamente, la única vía hacia el Dinero Fácil; pero hasta entre ladrones existe discriminación clasista. No es lo mismo un pobre indeseable barriobajero, sin estudios, que un brillante opusino, de buena familia.
La diferencia entre uno y otro –aparte de la calidad de la droga que se metan- es que, mientras uno termina enchironao por cuarenta mil duros, al otro, robando miles de millones, lo propondrán como presidente de alguna altísima institución económica mundial...

Posted by Isabelo at 1 de Abril 2004 a las 10:23 AM
Comments

Mierda, me he pasado con el radio blog... no sé si alguno conseguiréis que os cargué...

Posted by: Isabelo on 1 de Abril 2004 a las 10:32 AM

El dinero llama al dinero... ü~~

Posted by: jasp on 1 de Abril 2004 a las 10:40 AM


No sólo no me carga el radio-blog sino que el msn se ha ido a hacer puñetas...sobre el tema que nos ocupa, también me llamó a mí la atención ese mismo concepto en "El club de la lucha"; eso se lo debemos sobre todo a la publicidad y su bombardeo constante de falsas promesas de bienestar.

Resulta tentador disponer de tiempo y dinero ilimitados, pero no creo que eso nos hiciera necesariamente más felices; he conocido personas que tienen chalets de diseño con piscina y lujos superfluos de ese calibre y no sólo eran unos gilipollas sino que además se han ido convirtiendo en unos amargados materialistas.

Sólo pensar en la gentuza con la que me tendría que codear me disuade del deseo de ser millonetis...con vivir dignamente y tener algo para aficiones y algún capricho ya me vale, lo demás lo pondré yo.

Posted by: Xisca on 1 de Abril 2004 a las 10:42 AM

Arreglado, se ve que antes había borrado algún abstruso fichero del Radio Blog, cuando estaba borrando canciones antiguas...

Ahora sólo hace falta que venga Edu y me lo vuelva a poner Verde -y poner el Radio Blog más arriba: había pensando que encima de los archivos... archivos que "deberíamos" adecentar de alguna manera...-.

Posted by: Isabelo on 1 de Abril 2004 a las 12:30 PM

Oiga, ¿a usted le suena Horatius Alger?

Posted by: Germán on 1 de Abril 2004 a las 11:21 PM


¿"Libre" de Los Chichos? ¿pero eso no era más bien en "El club de la Ducha"?...:P

Posted by: Xisca on 2 de Abril 2004 a las 12:37 AM
Post a comment