17 de Agosto 2004
Blueberry muffin
El amor obra milagros: aquella noche de aire asfixiante perdida en la canícula, de aire perfumado con la brea y el aceite que tan profusamente se encontraban flotando sobre el agua del puerto, para el corazón del enamorado todo eran idílicos efluvios románticos que se conjuraban para prodigarle una felicidad incólume... el aire asfixiante tornaba en benigna brisa dulzona que arrobaba al enamorado; la pestilencia portuaria se convertía en el delicado perfume del mar en estado puro: sin cortapisas...
En aquella noche funesta, él le declaró su amor incondicional, su amor a prueba de bombas y de guiris en topless-, y sólo le pidió una madalena a cambio... ella negó una vez, nego dos veces, ¡y negó, negó, negó!... ¿Todo mi amor no vale una triste magdalena?, se preguntó él, horrorizado. ¡¡Al parecer no!! ¡¡Oh, pobre infeliz!!
Una pequeña confusión lingüística le hizo meditar: pese a la terrible decepción, no era cuestión de romper con todo por una triste magdalena de fresa... ¿De fresa?, dijo ella con un brillo malévolo en los ojos, No es de fresa, imbécil: Strawberry es fresa. Blueberry es arándano... ¡Uy lo que le dijo!...
Por una madalena de fresa no se podía romper una relación, pero por un muffin de arándanos... ya eran palabras mayores...
Él se levantó y se marchó sin despedirse. Ellá ni se inmutó...
Innumerables noches caminó huérfano por la ribera de la noche plutónica, y ahora le entregaría su amor, y su misma alma, al primero/a que se le presentase con el citado y deseado ágape...
Por cierto, si la madalena es como la de la foto, como las del Starbucks, además promete ser un esclavo sexual sumiso y complaciente... (JOJOJO)
Este post me provoca dos o tres dilemas:
¿Me obliga esto a hacer una crónica proustiana y recargada y por tanto, temiblemente detallista?
¿Qué dirá la Benemérita cuando me vean aparecer por el aeropuerto con una magdalena como único equipaje y atavío? ¿pensarán que es una nueva forma de terrorismo?
¿Por qué se me ocurrirá leer esto desde el trabajo, es que no tenía suficiente con los guiris y los pijos madrileños impertinentes?
Que conste que me había bebido un Capuchino de Luxe con más Bailey's que otra cosa y es un exagerado, no le llame imbécil...el pobre no se aclara con los berries de los sajones y confunde todos los sabores de las magdalenas.
Amor incondicional...pero si estaba leyendo el Marca...
:P
Si cuando yo digo que el Starbucks es el mal...
Si es que esos malentendidos no suceden con pinchos de tortilla de por medio.
Posted by: Somófrates on 18 de Agosto 2004 a las 11:58 AM
No, no si no era el Starbucks dichoso, que era una minicadena de cafés modernistas con apariencia de bohemios que tenemos en provincias...a lo mejor ni estaba tan buena :P